En una aldea asturiana entre la niebla matutina ,la palmera inmóvil y la montañas curtidas de verde se visualiza la Ventuca,lugar de privilegio,casa indiana donde Maria,torrente de afectividad y Ana, calma zen, nos acogen en la semana de la Lechuga Colora. Allí fui ,una semana,cuatro años consecutivos.
Volví de esta burbuja de felicidad hace pocos días.Ha sido vivir el carpe diem feliz con la biodanza integradora de Maria, la meditación mañanera de Ana,los paseos por los alrededores con el grupo,la tarde en la sublime playa «los Rodiles «,la paella,los juegos en la pradera de nuestra niñez. Nuestras historias personales magnetizadas por la hoguera nocturna. Alli sentí un fluir entre mi yo profundo y el yo grupal,una paz y armonía.
Infinitas vivencias promocionadas por Maria con gente agradable, positiva se depositan en el fondo de mi alma ,rememorando este anclaje de bienestar.
Gracias infinitas !!!!
lucile

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